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martes, 19 de abril de 2011

La suerte se llega a controlar

Está claro que se habla de mala suerte en el momento en que se da una situación que nos sobrepasa, es decir que no podemos controlar. Cuando no tenemos recursos para afrontar lo que sucede a nuestro alrededor, nos venimos abajo o nos quedamos bloqueados. Y entonces el recurso más sencillo es apelar a la mala suerte. Seguramente sobre esta idea volveremos más veces.
También se da en muchas ocasiones que ese suceso que acaba de ocurrir y que es considerado como como  mala suerte, el paso del tiempo lo puede convertir en positivo. Si estudiáramos esos casos en profundidad seguramente llegaríamos a la conclusión de que hemos desarrollado las defensas - mejor dicho las aptitudes y actitudes - necesarias como para ser capaces de que en caso de que vuelva a ocurrir algo parecido no nos afecte tan negativamente. Es decir nos hemos preparado para afrontar esa situación. Y entonces, los demás e incluso nosotros mismos, cuando nos movemos como pez en el agua en esa situación difícil y desconocida para otros, se hablará de buena suerte. Claro que nuestro amigo Martín, y no sin razón, hablará de experiencia.

lunes, 11 de abril de 2011

Buscar influencias

Martín nos manda esta nota. Habla de la suerte y de encomendarse al cielo. Bueno, mejor dicho, de cómo le encomendaban al altísimo. Os la dejo y comentamos.

Fueron 357 días que comienzan en marzo de 1978 y acaban en el mismo mes de 1979, y forman parte de los 434 que hice de servicio en el ejercito de tierra.
En esos días que cito, un día a la semana, solía llevar mi ropa a lavar a una señora que suplementaba su magra pensión en negro, y defraudaba a Hacienda mis pocas pesetas, que en aquella época empezaba a perseguir los tributos de los españolitos de a pie.
Bien, mi recuerdo. Cada vez que entregaba ropa ó la recogía limpia y planchada, aquella buena señora cuyo nombre ya no recuerdo, como mucho de lo que se refiere a ese período, no me deseaba suerte, sino que me decía  : "Con Diós", lo que entiendo es una abreviatura de la jaculatoria ¡Vaya Usted con Dios!.
Te voy a apuntar un tanto : Creo que sobrevivir con el cuerpo y la mente integros a esa experiencia fué cuestión de suerte : armas que se te pierden, ó te roban; juegos que terminan con balas en el cuerpo, explosiones de armamento pesado y de plástico explosivo en el campo de tiro, esquirlas que alcanzan al compañero y le dejan "tocado" un ojo para siempre, los "tontos" que se daban la vuelta hacia atrás en el campo de tiro para avisar de que se había agarrotado el cierre del arma con el cargador puesto,...
Con razón, la señora me decía lo de "¡Con Dios!" : ella confiaba mi suerte a Dios.
Y, como te decía tiempo atrás, como ni Dios ni conservar mi integridad estaban en mis manos, juego para tí.

martes, 5 de abril de 2011

Un buen análisis

“Algunas personas sienten pánico por las alturas, otras no pueden soportar encerrarse en un ascensor, otros sienten un terrible agobio al verse rodeados de gente, otros  desean estar siempre en compañía, y muchos tienen miedo a la muerte, a las enfermedades o al dolor físico. Estas percepciones mentales, al no estar atentos, nos predisponen positiva o negativamente en nuestra vida diaria, dependiendo de la polaridad de la emoción o del deseo que conlleve.   Por tanto, nuestros pensamientos suelen estar teñidos de una amplia gama de materia emocional. Cuerpo emocional y cuerpo mental funcionan al unísono. Así, el deseo de volver a experimentar una experiencia placentera requiere de la intervención de la memoria. De igual forma sucede con las experiencias desagradables a evitar."

Está claro que nuestra predisposición mental frente a determinados sucesos es importantísima. El conocimiento de nuestros porqués, el análisis de las situaciones en frio (contar hasta diez), nos va a dar un respiro importante frente las situaciones negativas. Si sabemos afrontar con tranquilidad y distancia los acontecimientos, podremos hacer que estos nos sean más favorables. Y cuando esto ocurre diremos, sin temor a equivocarnos,  que la suerte nos acompaña.