
Y poco a poco, la actitud de muchos de los que frecuentas, empieza a cambiar. Rebajan la agresividad, se tranquilizan, e incluso te empiezan a dar confianza. Se acercan a ti con otra actitud, mostrando su mejor cara. Empieza entonces el camino de crecimiento en cadena. Tú sonríes a los de al lado, ellos a su vez empiezan a ver los efectos beneficiosos, y consigues influir positivamente en tu ambiente. Eso hace que las cosas funcionen mejor y que en algún momento te ocurra algo positivo, tal vez …achacable a la suerte.
Aprovecho para dar la bienvenida a dos nuevos seguidores: María y Mercedes Ridocci. Ya sabéis donde estamos y a lo que nos dedicamos. Cualquier aportación que queráis hacer será bienvenida. Gracias por pasear por aquí.
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Querido compañero Fortuny, estoy completamente de acuerdo contigo. Se ha escrito y dicho mucho acerca de lo importante que es estar de buen humor y de los beneficios que nos aporta. Además la risa y la sonrisa son respuestas físicas involuntarias a emociones agradables, siendo además un buen ejercicio muscular.
ResponderEliminarParece ser-según los psicólogos- que el buen humor ayuda llevar mejor las enfermedades, a tener más calidad de vida, a ser más tolerantes con los demás, nos da más arranque ante los problemas, fomenta el aprendizaje, ayuda a reducir el estrés, previene infartos, fortalece el sistema inmunológico, mejora la autoestima y nos hace sentirnos más optimistas.
¿Recuerdas la película en la que Robin Williams hace del doctor Hunter Patch Adams, un médico que recorría los hospitales del mundo para aliviar los males de los pacientes mediante la risa? Pues esa historia estaba basada en hechos reales. A este famoso y primeramente discriminado doctor le llamaban en 1971 "El doctor de la alegría" y revolucionó los hospitales de Estados Unidos al proponer una terapia que combinaba el humor y los juegos como una forma efectiva de mejorar la salud de los enfermos y acelerar su recuperación. Con la misma intención, hay en España varias asociaciones cuya labor es animar a los pequeños ingresados con números llevados a cabo por payasos.
Además, la risa es útil contra el estrés, porque ayuda a eliminar el cortisol y la adrenalina; contra la depresión; como tratamiento de belleza, porque ejercita los músculos de la cara y, por supuesto, para mejorar las relaciones personales. Se sabe que las personas con poco sentido del humor suelen tener serios problemas para relacionarse con los demás.
Los niños se ríen unas cuatrocientas veces al día frente a las veinte ó treinta que solemos reírnos los adultos. Es ahora, que están próximas las vacaciones, cuando se presenta la mejor ocasión para desarrollar y mejorar el buen humor propio y el de los que nos rodean. Es el momento de ensayar, sin esfuerzo, lo fácil que es regalar sonrisas y lo productivo que es porque siempre vienen de vuelta.
Añadiría el papel de los adultos frente a la gente menuda. Es muy importante tener en cuenta que los niños aprenden más de lo que ven hacer a los adultos que de lo que se les dice. Motivar su sentido del humor empieza por la propia actitud: levantarse "con el pie izquierdo", llegar malhumorado del trabajo, mostrarse huraño durante el fin de semana y escatimar la risa es el peor ejemplo que podemos dar.
Para cambiar nuestro entorno hemos de cambiar nosotros y la mejor manera es sonriendo. Es una suerte encontrar a seres que regalan buen humor y sonrisas y lo mejor que podemos hacer es formar parte de ese grupo.
Un abrazo.
Sin buscar demasiado la causa, creo que si que sonreir a la vida cambia el entorno. Ya era una norma de vida para mí el saludo y la sonrisa a las personas con las que he trabajado ó me he cruzado. Eso allana al más duro.
ResponderEliminarY lo acabo de vivir en un lugar lejano, muy grande y frío, donde vigilantas malencaradas se aseguran que los visitantes no toquen nada del lugar, ya sean cortinas, columnas, peredes, lámparas, vidrieras, cuadros,figuras,... en otro país, en el que es muy difícil comunicar.
Pero la sonrisa a la entrada de la sala y el saludo con la mano al salir creo que han dado un poco de alegría a esas personas a las que, generalmente, ignoramos por completo.
Bien por la entrada.
M.