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sábado, 5 de marzo de 2011

Talisman y suerte

En Wilkipedia podemos leer:
“El término amuleto (del latín amuletum; recogido por primera vez en Naturalis Historiæ de Plinio el Viejo, significando "un objeto que protege a una persona frente a un problema") guarda cierta relación con el término talismán (del árabe tilasm, y en griego telesma o "telein" que significa "iniciar a alguien en el misterio"). Consiste en cualquier objeto portatil al que supersticiosamente se le atribuye alguna virtud sobrenatural: atraer la buena suerte o asegurar la protección de su dueño (efecto apotropaico). Los amuletos suelen ser: gemas o piedras, estatuas, monedas, dibujos, colgantes, anillos, plantas, animales... “

Como todo en esta vida, se puede creer o no en ellos. Cuando esta fe está llevada al extremo, es decir a la dependencia total de los amuletos, la persona puede vivir siendo esclava de la creencia, pasándose al lado de las supersticiones patológicas que, generalmente, conllevan ansiedad y sufrimiento,

Pero también se puede pensar en el amuleto como un estimulador de la autogestión activa de la mente. Es decir, como la capacidad que la persona tiene para gestionar sus emociones y motivaciones,y dirigir sus acciones hacia la consecución de una meta u objetivo. Buscar el apoyo en un objeto como activador de determinados pensamientos.  

La verdad es que yo tengo amuletos. Bueno, son todos iguales o por lo menos de la misma familia. Son todos budas pequeñitos porque así me caben en una estantería. Me gusta mirarlos. E incluso les  paso  la mano por encima.  Me muevo entre la creencia en ellos y el afán coleccionista. Aún no sé qué aspecto tiene más fuerza.  Pero me gusta saber que están ahí.

Vale la pena leer:

8 comentarios:

  1. Yo tengo dos amuletos de la suerte.

    El primero es un búho de azabache negro. Me lo trajo una amiga muy viajera. Mide tres centímetros y está posado en una especie de rama que es también de lignito, tipo de carbón de donde procede esta variedad brillante. Al búho se le ha relacionado desde la antigüedad con la intuición y la sabiduría. Algunos tienen la creencia de que encontrarse de forma casual con un búho es un buen augurio en todos los sentidos, pero fundamentalmente en el económico. Es por ello que las personas llevan consigo la figura del animal, ya sea como colgante, llavero… Con ello esperan tener una vida afortunada. También es fácil encontrar la representación del animal en objetos como talismanes o adornos para que las personas los puedan tener en sus hogares como protección de energías negativas y del mal de ojo.

    El otro es un pequeño buda de la suerte. Es de color caoba brillante. En el pasado puente de la Inmaculada de diciembre, entré a una tienda en la famosa calle de compras El Portal del Ángel de Barcelona. Entre recuerdos varios de la capital, había expuesta a la venta una selección bellísima de piezas de bisutería. Yo compré el típico platito de recuerdo decorado con los dibujos geométricos de Gaudí. Mientras la señora de la pequeña tienda me lo envolvía, le comenté que tenía cosas preciosas y la tienda muy bien decorada. Me despedí deseándola buenas ventas para la época navideña. Me contestó que para ella buena suerte, aunque no vendiera mucho, era simplemente que no la robasen el género. Mientras me lo decía me puso algo en la mano y me deseó también suerte. Lo miré y me encontré una pequeña y regordeta figura de un buda. Seguido se lo enseñé a mi hermano Martín y a mi cuñada. Ellos me dijeron que era un amuleto de la suerte. Hasta hace tres meses ignoraba esta historia de los budas. Investigué y comprobé que el mío, al igual que la mayoría, tiene un saco de tela a la espalda conteniendo artículos valiosos, comida, dulces para los niños, cuyo contenido nunca se acaba. Descubrí que hay varios tipos de buda de la suerte y que el mío era el sonriente. Al parecer con él la energía de la prosperidad circula por mi hogar.

    En principio no creo que la presencia de estas dos piezas hayan dirigido los designios de mi vida. Sin embargo las tengo juntas en una balda. Por si acaso, las tengo brillantes como cuenta la creencia. Ahora que bien mirado es una suerte tener, tras casi cuarenta años, como amiga a la persona que me regaló el búho y encontrarme con aquella entrañable mujer que me regaló el pequeño buda. Ello permitió que investigase sobre esta creencia y que para esta ocasión ya tuviera la lección aprendida.

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  2. Dejo una historia budista sobre la creencia en amuletos de la suerte:

    - "Un hombre que siempre había tenido mucha suerte, pero como «la vida se encarga de desbaratarlo todo», tal cual reza el antiguo adagio, la fortuna le cambió y comenzó a ser castigado por las adversidades de la vida. Se enteró de la existencia de un notable mentor y fue a visitarle, para decirle:

    - "Maestro, estoy al borde de la desesperación. Desde hace un tiempo todo me sale mal. Mi mujer ha enfermado, mis negocios dan pérdidas y mi ánimo está abatido."

    -"Así son las cosas" -repuso ecuánimemente el maestro-. "Las cosas vienen, las cosas van.
    La ola asciende, la ola desciende. Una estación sigue a la otra. Hay vicisitudes, sí. Vienen, pero también parten."

    -"No, no, no creo que sea cosa de los acontecimientos o del azar. Algún conjuro han realizado contra mí, se lo aseguro, respetado maestro."

    El hombre estaba obsesionado pensando que habían conjurado maléficamente contra él y de ahí que todos los acontecimientos le fueran desfavorables y adversos.
    El mentor, por mucho que trató de disuadirle de esa obsesión apelando a lúcidos razonamientos, no lo consiguió. Entonces el maestro le dijo:

    -"Menos mal que todavía tengo el amuleto que mi gran maestro, que mora en una cueva de los Himalayas, me dejó. Es infalible para estos casos."

    -"¿Está seguro?"

    -"Nunca ha fallado, nunca. No hay conjuro que no sea neutralizado por su poder. Pero hay que llevarlo un mes atado al cuello y dedicarle una plegaria todos los días. Es un amuleto muy poderoso. No vayas a perderlo."

    Se lo entregó al hombre y se lo colgó al cuello.

    -"Está bendecido por mi maestro y también el maestro de el lo bendijo y el maestro de su maestro."

    -"No sabe cuánto se lo agradezco, alma noble."

    El hombre se marchó aliviado. Todos los días efectuaba una plegaria al amuleto. Su ánimo comenzó a restablecerse; sus negocios empezaron a ir mejor y su esposa comenzó a recuperarse. Pasado un mes, volvió ante el maestro, le rindió pleitesía y le dijo:

    -"¡Qué gran reliquia! Aquí la tiene, señor, ¡es muy valiosa! ¡Vaya poder el suyo!"

    A lo que el maestro contestó:

    -"¡Tírala! ¡Deshazte de ella! Es una simple piedra."

    El hombre se quedó atónito.

    -"¡¡¿Por qué ha hecho esto?!! -preguntó indignado.

    -"Porque estabas tan obsesionado que he tenido que utilizar tu imaginación constructiva para refrenar tu imaginación destructiva. Es como cuando un hombre sueña que le ataca un tigre, pero encuentra un sable y lo mata.
    O sea, que con un arma ilusoria he matado a tu tigre ilusorio."- dijo el maestro riendo-"

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  3. ¿ Los amuletos escatológicos no cuentan ? No sé porqué se suele vincular la escatología, con la mierda. La palabra se usa con dos significados distintos : "las teorías sobre el fin del mundo" y "tratado sobre los excrementos". A esta acepción voy a referirme.

    Desde mi postura "anti", creo que no es muy adecuado creer que porque uno pise una mierda le va atocar la lotería. Lo mismo me ocurre con "los regalos volantes" de las palomas. Simplemente, no tiene nada que ver.

    Otra cosa es que los actores se deseen "mucha mierda" cuando estrenan obra. Esto tiene un significado de abundancia que proviene de que, antiguamente, los actores miraban los suelos de las entradas de los teatros ó los de las puertas de entrada a las ciudades. Si habia mucha acumulación de restos de las caballerías, significaba que tendrían mucho público.

    Pero también está el dicho "tengo una suerte de mierda", indicando que las cosas me salen mal.

    ¿ Y los amuletos mentales tipo "siempre salgo de casa pisando con el pié derecho" ?

    ¿ Y la supersitición existente en el imperio romano de que los buenos augurios los daban los pajaros volando hacia la derecha ? Por eso a los que volaban hacia la izquierda se les dice "pájaros de mal agüero", expresión que hemos heredado.

    Ahora debería meterme con los "chinitos de la suerte", un tipo más de amuleto, pero ya lo hice en mi blog.
    (http://martin-uriarte.blogspot.com/2011/03/los-chinitos-de-la-suerte.html)

    Mi amigo Joseba diria que no hay buena suerte, lo que ocurre es que Dios nos cuida bien; pero yo sigo creyendo que la palabra correcta no es suerte, es éxito.

    Un abrazo.

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  4. Martín, siempre llegas más lejos. No me estraña que tu sobrino Javier siempre presuma de que tiene un tío que sabe mucho de todo. Ya leí lo de los chinitos de la suerte en tu blog, no recordaba yo esa historia.
    Siempre fue un lujo escucharte, pero aún lo es más leerte ya que puedo volver todas las veces que desee por los caminos recorridos.
    Un abrazo.

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  5. Esta vez empezaremos por el final. Martín, como siempre, es escéptico. Y pone sobre la mesa multitud de ejemplos que nos van a servir para hablar sobre ellos. Y cojo el asunto de las caballerizas frente al teatro. ¿Acaso abrir los ojos de manera distinta a cómo lo hacen el común de los mortales, es decir, saber ver los detalles, no ayuda a que todo vaya mejor? Y si todo va mejor,¿no es tener suerte? Sí, Martín, y éxito también. Pero el común de los mortales insensatos hablamos de suerte.
    Gracias Martín por tu compañía. Buscaré otro punto donde encontrarte las cosquillas. je.

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  6. Hola Alicia, como siempre nos acompaña dando un buen ejemplo que nos ayude a comprender mejor el asunto tratado. La verdad es que cada comentario suyo bien merece la categoría de entrada. Le voy a pedir que antes de enviar un comentario me lo envíe y lo publicaré een el lugar que se merece. Me quitará un montón de trabajo. ¿Tener una compañera de viaje así es suerte o éxito?
    Gracias

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  7. Anoche, escuchando por la radio una entevista desde Japón, una persona dijo, contestando preguntas sobre el terremoto y el tsunami, que "he tenido suerte : ni yo ni mi familia ha sufrido daños".

    Aqui, en un primero momento, puedo aceptar que la suerte existe. A ese señor le ha pillado un fenómeno inesperado y está bien, a pesar de los daños. El terremoto no está bajo su control, mucho menos el tsumnami, y las circunstancias son totalmente ajenas. Bueno : hasta aqui, si, la suerte existe.

    Ahora bien, cuando en la segunda parte de la respuesta dice que "mi casa está diseñada contra terremotos y, además, tenemos una sección reforzada como refugio para esos casos", ya no, amigos y hermana, ya no me creo lo de la suerte.

    No es suerte sentir que la tierra se mueve, entrar en un lugar protegido y salir indemne. Eso es ser listo, aceptar los riesgos y estar prevenido,...

    Vamos lo que yo vengo diciendo : para ese señor, el éxito ha sido no resultar dañado gracias a su capacidad de adaptación en un país con fuertes riesgos relacionados con la tectónica.

    M.

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  8. Hola Martín, en efecto el terremoto de Japón es una tragedia. Pero por analizar un poco más tu comentario y por darle una vuelta de tuerca más, si lo miramos desde el punto de vista de a quien se le ocurre vivir en una zona sísmica tan peligrosa, tal vez llegaríamos a la conclución de que eso es "jugar con la suerte". Y si se puede jugar con ella, desde luego, existe y si existe, se puede o se podría domesticar...

    Un saludo.

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