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sábado, 5 de febrero de 2011

La suerte de la inteligencia

En el cruce de los cuatro caminos hay que tomar una decisión. ¿Por cual de ellos se decidirá? Habrá quien  mire al sol o a las estrellas o a cualquier otra referencia posible, y opte por uno de ellos. Seguramente acertará. Cuando llegue a su destino es bastante posible que comente: "¡Que suerte he tenido, elegí bien!"
Otro caminante, tal vez menos avispado, saque una moneda y decida por sorteo qué camino escoger. Es bastante posible que las leyes de las probabilidades se pongan en marcha y tenga que volver de nuevo al cruce de caminos para desandar lo andado. Y aunque esto no ocurra y acierte a la primera su comentario será "¡He tenido mucha suerte, he conseguido llegar al sitio!"
Hay muchas veces que se confunde inteligencia y suerte y es posible, lo iremos comentado, que el mayor enemigo de la suerte (entendida como fortuíta) sea la inteligencia. Tal vez por eso en vez de atribuir suerte a alguno le deberían reconocer inteligencia.

3 comentarios:

  1. Me gusta el título de esta entrada.
    Discernir y tener muy claro cuál es el límite que marca la diferencia entre suerte e inteligencia no es nada fácil. Creo que a veces se solapan. Igual con un ejemplo se ve más claro.
    Es tradicional que en las fiestas navideñas se compre lotería. Se entiende por suerte que te toque, y por mucha suerte que además sea el número que has repartido entre la familia. Sin embargo no se considera que sea un signo de inteligencia comprar uno o más décimos de lotería. Ahora analicemos la situación de dos personas con parecidas capacidades mentales y físicas para el estudio y ambas con posibilidades económicas de hacerlo. Una de ellas se empeña y, tras años estudio, obtiene una licenciatura. La otra, por las razones que sea, decide no hacerlo e integrarse en el mercado laboral a un trabajo de baja cualificación. Si la primera persona termina sus estudios y logra un trabajo acorde con la capacitación adquirida en esos años y como consecuencia de ello se lleva mejor sueldo ¿Sería correcto pensar en la suerte? Pues yo considero que no. Independientemente de que ambas personas pudiesen ser inmensamente felices con sus vidas, acaso pudiera ser que las personas inteligentes son capaces de generar más cantidad de situaciones de lo que definimos como suerte.

    Un abrazo.

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  2. Una definición de inteligencia tal vez fuera la capacidad de adaptarse al medio. Alguien definirá esto mismo como"ser listo" y no necesariamente inteligente. Pero está claro que en general se habla de la suerte de a quien todo le va bien, es decir de quien se adapta al medio en el que vive y le saca todo su jugo.
    Por ahí tal vez vayan los tiros.
    Gracias por estar ahí.

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  3. Es curioso, al alumnado de la ESO cuando se le explica el concepto de "supervivencia" la definición que se les da es "la capacidad de un ser vivo de adaptarse al medio". Acaso los individuos supervivientes de una especie sean los más inteligentes por ser capaces de desarrollar estrategias para ello.
    Creo que por ahí podamos abrir una vía de rastreo.

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